La ortopedia funcional es una parte de la ortodoncia, que se orienta en la mayoría de los casos a los niños. Se conoce también como ortopedia maxilar o dentomaxilar, y pertenece a la categoría de los aparatos removibles, con el objetivo de intervenir en el crecimiento y desarrollo de las piezas dentales y de los maxilares desde temprana edad, para prevenir problemas más graves en el futuro. Su funcionamiento se basa en utilizar las fuerzas musculares como motor para producir cambios en los maxilares y, en consecuencia las piezas dentales, utilizando a nuestro favor las fuerza benéficas y evitar las fuerzas que producen deterioro. Conoce los aspectos básicos sobre ella:
Edad para iniciar
De acuerdo a la recomendación de los especialistas, la edad en la que se puede iniciar la ortopedia funcional, es a partir de los seis años, cuando los dientes definitivos comienzan a salir. Este proceso puede extenderse hasta los nueve o 12 años. Para determinar los parámetros y las condiciones del tratamiento, el ortodoncista debe hacer un diagnóstico basado en modelos, fotos y radiografías, para saber cuál es el tipo y grado de alteración que existe.
Duración
La duración de un tratamiento de ortodoncia con ortopedia funcional, se determinará también en función de las condiciones del paciente. Cuando se utilizan los aparatos removibles para evitar malformaciones o maloclusiones, y el diagnóstico se realiza en la edad ideal, pueden verse resultados rápidamente. Generalmente, el tiempo del tratamiento con esta apartología se puede extender desde los seis meses/un año como mínimo hasta aproximadamente 3 años. La edad límite como para obtener logros con esta modalidad la marca el pico de crecimiento del paciente, pasado éste, los cambios serán escasos o nulos.
Beneficios
La ortopedia funcional hace parte de la ortodoncia preventiva o interceptiva, y permite prevenir problemas más serios durante la adolescencia o la etapa adulta. Generalmente, permite conservar los espacios correspondientes a las piezas dentales hasta que estas salgan por completo, evitan que se desarrolle el hábito de succión del dedo, que genera una malformación en ambos maxilares, también permite realizar un mejor cuidado de los dientes, en los casos de caries, o finalmente preparar al paciente para la colocación de los aparatos fijos.
Es necesario que el paciente cumpla con las indicaciones realizadas por el ortodoncista, ya que de lo contrario el tratamiento no tendrá efecto. Igualmente, debe tener cuidado de retirar los aparatos removibles en momentos específicos, como por ejemplo, al hacer deportes, mantener una buena higiene de la boca y de los aparatos y asistir a la cita medica de acuerdo a lo establecido por el especialista.