La ortodoncia es una rama de la odontología, que se encarga de la colocación de los dientes y maxilares en una posición adecuada, en función de aspectos como la funcionalidad y la estética. La ortodoncia toma en cuenta el grado de oclusión del paciente, es decir, la capacidad para tener un buen desempeño con el uso de los dientes (funciones masticatorias y de deglución), respecto a la mandíbula y los demás músculos de la cara.
El concepto de ortodoncia está muy ligado al de ortopedia dental, debido a que emplea diversos aparatos e implementos para desarrollar un determinado tratamiento.
Al ser una rama de la odontología, la ortodoncia se combina con otras especialidades relacionadas con esta ciencia médica, dependiendo de las condiciones del paciente. Por ejemplo, si una persona tiene dientes faltantes, amerita no solo un tratamiento de ortodoncia, sino también un trabajo de reconstrucción de la dentadura, con un odontólogo restaurador o protesista.
Tipos de ortodoncia
La ortondoncia a su vez, se clasifica en tres ramas, de acuerdo a la forma en que actúe, es decir, a la manera en que será utilizada o beneficiará al paciente. Estas son: ortodoncia preventiva, ortodoncia interceptiva y ortodoncia correctiva.
El tipo de ortodoncia se elige dependiendo de las patología que presente el paciente, que tienen una clasificación en dos grandes grupos: las hereditarias, que son las que permanecen de generación en generación y conservan cierta características, y las adquiridas, que aparecen durante el desarrollo del organismo, y pueden producirse por diversas causas externas.
Beneficios
Optar por un tratamiento de ortodoncia comporta diferentes beneficios, en general, se observará un mejor funcionamiento de la actividad bucal, ya que se podrán procesar de una mejor forma los alimentos al momento de masticarlos, además, desde el punto de vista estético, mejorará considerablemente la forma, posición y orientación de los dientes y molares, lo que se traducirá en una mejor estética dental al momento de sonreír.
Del mismo modo, podrán prevenirse una serie de complicaciones bucales, como la acumulación excesiva de placa dental, que causa diversas enfermedades como caries y gingivitis. También se solucionarán problemas de pronunciación de las palabras, dificultades respiratorias, problemas auditivos y otras enfermedades derivadas.