Los médicos pertenecientes a la odontología y todas sus ramas, siempre hacen énfasis en la importancia del cepillado para la higiene bucal, acompañada de otras estrategias como el uso de enjuague bucal y el hilo dental. Sin embargo, mientras algunos pacientes llegan a descuidar la limpieza de su boca, otros maximizan estos cuidados, y esto resulta negativo para ellos. Aquí te presentamos las consecuencias del exceso de cepillado y otras prácticas cotidianas para la higiene bucal que realizamos de forma exacerbada.
Desgaste del esmalte
Cuando los dientes son expuestos al cepillado excesivo, lo que implica un movimiento de fricción para eliminar manchas, bacterias y residuos de alimentos de la boca, se puede producir el desgaste del esmalte dental, que es la capa que protege a los dientes, ante diferentes agentes externos.
Laceración de encías
Otro de los efectos negativos del cepillado en exceso, es que produce la laceración de las encías, debido a que las cerdas de los cepillos generalmente son muy fuertes y pueden herir directamente al periodonto. Esto implica que pueden desarrollarse diversas enfermedades en las encías, y la persona será más propensa a adquirir infecciones por esta vía, al estar en contacto con bacterias y demás factores perjudiciales.
Sensibilidad dental
Al tener el esmalte debilitado o completamente destruido, los dientes dejan de tener la protección necesaria, en cuanto al contacto con temperaturas altas o bajas, de modo que se incrementan las posibilidades de sufrir de hipersensibilidad dental, ante los alimentos demasiado fríos, o demasiado calientes.
Si el paciente está realizando un tratamiento de ortodoncia argentina, debe tener mucho más cuidado de no exceder los hábitos de limpieza correspondientes a su higiene dental, ya que si utiliza brackets u otro tipo de aparatos fijos, durante el cepillado puede provocar la caída de alguna de las piezas, que se producirá por un desgaste en la pega que sujeta al bracket del diente, o debido a la presión que realiza el cepillo.
En todo caso, debemos recordar el cepillado debe hacerse después de cada comida, es decir, unas tres veces al día, y que puede acompañarse con otras técnicas como el uso de hilo dental, así como de enjuague bucal.